de aquellos momentos tristes

Un día se acabó la mantequilla y no pude hacer más hot-cakes.
En las vacaniones Eloy y yo hicimos un pay que no sabia muy bien, pero amé la textura
Encontré un suéter que me encantaba y ahora esta sucio y guango
Un día me regalaron una tortuga que la amaba con locura, murió de frio en diciembre.
Un día me senté a obsevar la gente que platicaba lindamente por tosos lados, y nadie me habló: nadie.
Un día murió mi abuelita, jamás le pude decir cuánto la amaba y nunca la abrazé tanto tiempo.
Más tarde extrañe a los compañeros del taller, extrañé fumar, extrañé drogarme, extrañé encontrar a seres sin ojos y de largas piernas.
Extraño mis tardes de paz y tranquilidad, a los seres noctivagos, y me quedé sin nada. sin refugio y mi mano en el vacio.