Bob, Bob Candy.
Protagonista en Píldora Radiocativa. Fue dueño de
una paletería en la colonia Canarios por una semana. Tronó.
Suavecito al tacto
y guitarrista de Los Papaupas
Bob, Bob Candy.
Yo lo vi por primera vez en
una telenovela.
Recuerdo el televisor enorme y viejo
y los ojos de mi abuela perdidos en
aquellas drámaticas imágenes blanco y negro.
También recuerdo el perro de porcelana brillante
que estaba en la cabecera del televisor.
Un dálmata.
Y durante la hora que duraba la telenovela, el gato Asdrubal
espiaba por la venta y cazaba una que otra cucaracha.
Bob, Bob Candy.
Autor de libros basura
que rompieron récord en venta
Cómo me recuperé del alcoholismo
Bob Candy se mudó cerca de mi casa, en la colonia Canarios
Lo veía entrar en su habitación con botellas de vodka barato
envueltos en papel periódico después de las 9 pm
Lo espiaba a menudo y veía cómo su trasero aplastaba
el control remoto y las envolturas de chocolatosos.
Bob Candy me firmó una foto donde su traje de diseñador
lo disfrazaba de hombre feliz y poderoso.
Cómo ser buen padre
título de otro libro de Bob Candy
las mujeres llegaban a su casa pero no tardaban ni
veinte minutos y ya estaban de salida.
Cuando oía el llanto de Bob Candy yo me tapaba la cara
con mi cobertor y me imaginaba consolándolo.
Un viejo como Bob Candy necesita atenciones y una chica como yo:
Amante de las fotografías viejas y orgullosa de su dinosaurio viejo y torpe.
Bob Candy resbaló en el baño al pisar una barra de jabón o al
menos eso dijo una nota del diario despertino. La nota era pequeña y aparecía
debajo de un enorme anuncio que prometía
bajar diez kilos en un mes.
En la pared de mi cuarto aún cuelga la foto en sepia del triste Bob Candy y junto a ella
la de mi abuela con su vestido chillante y el gato Asdrubal en brazos.
